3.1. Adaptar o morir
El lector puede encontrarse, al leer este Ensayo, con interrogantes muy frecuentes: ¿es realmente necesario amoldar toda clase de sitio web para su visualización en dispositivos móviles?, ¿vale la pena el esfuerzo?. Las mismas no solamente son realizadas por personas que recién inician su camino en este ámbito ante su desconocimiento, sino que suele ser una traba muy habitual impuesta por algunos profesionales de informática, diseñadores y gerentes de proyectos, entre otros. Empero, quien suele insistir más decididamente con esta cuestión es el cliente, aunque su posición puede llegar a ser comprendida ya que no tiene en su poder, en la mayoría de los casos, el nivel de información sobre el estado de la industria con el que sí cuentan los anteriormente mencionados.
Desde la experiencia profesional, se llega a la conclusión que la respuesta a ambas preguntas es lisa y llanamente sí. Sí, es necesario amoldarse, y sí vale la pena el esfuerzo.
En algunos casos se puede llegar a considerar que, dado el target al cual se dirige el producto no es mayoritaria la cantidad de usuarios móviles, el planteo es injustificado. Sin embargo, ya se ha demostrado que el panorama de uso es propenso a mutar constantemente, creciendo de manera exponencial. Aún si continuase siendo mínoría este número de individuos, es responsabilidad de los desarrolladores brindárles a todos, mayoría y minoría por igual, la mejor experiencia posible. No es imperativo que se cree una interfaz puntillosa para cada dispositivo móvil, ni que intente mimetizar aquella planteada originalmente para resoluciones estándares de escritorios, pero se debe obligatoriamente, por lo menos, garantizar una navegación óptima aunque ésta sea limitada. “Aunque no todos los proyectos exijan gran nivel de sofisticación, en casi todos los casos, sigue siendo preferible ofrecer a los usuarios una vista adaptada de nuestro contenido dependiendo del tamaño de su ventana gráfica” (Frain, 2012, p. 10).
Es usual, generalmente en el ámbito laboral y profesional en Argentina, por más que el producto web y sus características de contenido y comerciales lo justifiquen, que se intente poner límites al desarrollo para móviles. Las razones suelen ser los apretados presupuestos y los tiempos con los que se cuenta para la realización del proyecto. Es una realidad que debe ser replanteada y torcerse para dar paso a una Web inclusiva y sinceramente global. La responsabilidad de cambiar ideales recae en las convicciones de cada profesional del diseño y desarrollo web, y en su compromiso con la mejora contínua de la misma. Ellos son quienes deben tener la claridad y plasticidad para vender e inculcar a sus superiores vacilantes, y a los clientes, el verdadero valor del mobile, para que pase a ser parte inamovible de la cultura en el flujo de trabajo. “A medida que la distinción entre la Web ‘de escritorio’ y para móviles sigue desvaneciéndose, soportar mobile es algo que cada vez más hacemos como parte de los diseños que construimos. Debería convertirse en una segunda naturaleza para nosotros” (Reeves, 2013).
Considerar e incluir en los planes de un proyecto web el desarrollo específico para dispositivos móviles puede ser costoso, dependiendo la manera en que se lo encare, pero es necesario recalcar que dada la constante progresión y evolución, cuanto antes en el proceso de creación esto se prevea, menos costoso resultará en términos económicos. Ignorarlo en etapas iniciales, e incluso hasta después de lanzado el producto, únicamente generará mayor inversión al querer trasladar un proyecto pre-existente a mobile, que si bien puede ser realizado, implica doble o triple cantidad de trabajo.
Éste es uno de los aportes que Multiplicidad digital desea asentar en el área del diseño y desarrollo web: hacer foco en la necesidad de formar más profesionales en la industria que sean conscientes de esta problemática y que actúen y se capaciten en pos del futuro hacia la unificación de una mejor experiencia para todos los usuarios, sin importar su contexto.