1.3. Navegantes satisfechos: la experiencia de usuario
El concepto de experiencia de usuario, comúnmente abreviado UX por user experience, no es únicamente aplicado en el campo del diseño web, o al campo del diseño en términos globales. La experiencia de usuario se destina a cualquier área en la que se requiera de la interacción de un usuario con un producto determinado. La experiencia del usuario es la sensación que se genera en un usuario determinado al interactuar con un producto bajo circunstancias particulares (Arhippainen y Tähti, 2003). Esta experiencia puede derivar en diferentes tipos de respuestas, siendo la más positiva posible la que, quien genera un producto, busca de sus usuarios. Esta respuesta es lo que marcará al usuario hacia futuro respecto a la desición de volver a consumir el producto ofrecido.
“Los factores clave que contribuyen a la calidad de la experiencia de los usuarios del producto son la facilidad de aprendizaje, la usabilidad, utilidad y el atractivo estético.” (Gabriel-Petit, 2013). Más adelante se explicará también el concepto de accesibilidad, que a pesar de que no fue mencionado por Gabriel-Petit, es de suma importancia en relación a lo que este proyecto trata de demostrar, siempre hablando de la experiencia de usuario aplicada al campo del diseño web. La facilidad de aprendizaje refiere al nivel de intuición que el producto debe tener para ahorrar al usuario un proceso de entendimiento que, si bien es necesario, si no se encuentra optimizado para obtener una comprensión efectiva en el menor tiempo posible, puede generar un sentimiento negativo hacia el producto. Un concepto similar es el de la usabilidad, que se desprende del aprendizaje. Si el producto es excesivamente complicado de utilizar puede disminuir la frecuencia de uso por parte del usuario. Este concepto se retoma más adelante. El atractivo estético se liga en cierta medida con la decisión de diseño en el producto; cuanta mayor partida estética sea aplicada en el proceso de elaboración al producto, en términos generales, mayor será la atracción por parte del usuario hacia el mismo.
La globalidad, o suma de las experiencias particulares que generen estos factores, crearán en el usuario una valoración específica referente al producto. Es válido aclarar que no siempre es positiva, aunque se debe procurar que así lo sea. Sino, se estaría fallando como diseñador y a su vez comunicador, si se enfoca desde el punto de vista que compete a este trabajo.
Para poder desarrollar una buena experiencia de usuario desde el punto de vista del diseño, es imprescindible pensar en términos de diseño centrado en el usuario. El diseño centrado en el usuario, abreviado DCU, o UCD en inglés por user-centered design, se basa en realmente conocer al usuario, para así poder diseñar concretamente para él y proveerle de una experiencia satisfactoria. “El objetivo final del DCU es, por tanto, lograr la satisfacción de las necesidades de todos sus usuarios potenciales, adaptar la tecnología utilizada a sus expectativas y crear interfaces que faciliten la consecución de sus objetivos” (Hassan Montero y Ortega Santamaría, 2009).